José Ignacio Solar Cayón
Profesor Titular de Filosofía del Derecho Universidad de Cantabria
España


La automatización de determinados procesos propicia la creciente desagregación de las tareas jurídicas y la reasignación de cada una de ellas a la fuente más eficiente en su realización.

Asistimos a la irrupción de una gran diversidad de modelos de negocio alternativos a los despachos tradicionales (New Law) y de formas innovadoras en el ejercicio de la abogacía.

El desarrollo de la tecnología de big data y de disciplinas como el machine learning y el procesamiento del lenguaje natural ha posibilitado el diseño de aplicaciones para automatizar diversas tareas jurídicas que hasta ahora solo podían ser realizadas por profesionales expertos.

Entre estos sistemas de inteligencia artificial jurídica podemos mencionar las plataformas de legal question answering, capaces de ofrecer respuestas jurídicamente argumentadas a cuestiones legales formuladas en lenguaje natural; los sistemas expertos para la realización de tareas específicas como la gestión de riesgos jurídicos y compliance; los asistentes virtuales y chatbots para el asesoramiento legal al cliente sobre cuestiones básicas en materias específicas; los sistemas de revisión y análisis automático de contratos, muy eficientes en procesos de due diligence; las aplicaciones web para la elaboración automática de contratos y otros documentos legales a partir de un diálogo interactivo entre el software y el usuario; los sistemas de análisis predictivo para identificar patrones en la actuación de jueces y tribunales; los sistemas de codificación predictiva para seleccionar automáticamente cualquier tipo de material electrónico relevante en un proceso judicial; e incluso los sistemas de negociación automatizada para la resolución alternativa de disputas en línea.

Este despliegue de la inteligencia artificial jurídica, combinado con otras fuerzas cuyos efectos se retroalimentan y potencian recíprocamente, como la globalización, la creciente liberalización (ya sea de iure o de facto) del mercado de servicios jurídicos y la cada vez mayor capacidad de presión en la fijación de los precios de los demandantes de tales servicios, está provocando transformaciones sustanciales en la práctica de la abogacía y en el mercado de servicios jurídicos, como se puede advertir ya claramente en los países que se hallan en la vanguardia del lawtech.

Un mercado laboral más polarizado

En el ámbito profesional, el impacto de estas nuevas herramientas está configurando un mercado laboral más polarizado, en el que disminuye la demanda de abogados y profesionales para la realización de ciertas tareas jurídicas de nivel intermedio. Lo cual no significa una reducción de la demanda global de empleo en el sector, puesto que ese efecto negativo se ve más que compensado por la aparición de nuevos perfiles profesionales híbridos -a caballo entre el Derecho, la tecnología y la gestión empresarial- de alta cualificación. Pero, sin duda, las transformaciones más profundas tienen que ver con la reestructuración del trabajo jurídico. La automatización de determinados procesos propicia la creciente desagregación de las tareas jurídicas y la reasignación de cada una de ellas a la fuente más eficiente en su realización, ya se trate de sistemas automatizados, de para-profesionales asistidos por tecnología o de legal process outsourcers.

Alteración de los esquemas tradicionales de organización de los despachos….

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Fuente: www.legaltoday.com